Hackeando a Wong Kar Wai. Mi visión de My Blueberry Nights


01. INTRO

My Blueberry Nights es una de las películas menos conocidas de Wong Kar Wai, pero a mí me cambió la manera de entender el cine cuando, en una suerte de éxtasis eufórico, comprendí la intención del director.

Tras hacer un (ingrato) esfuerzo de contención, he decidido concentrarme únicamente en dos aspectos de esta película. Los dos que creo son de mayor utilidad a la hora de acercarnos a cualquier pieza artística:

1) La narración.

2) La estructura narrativa.

02. PAMPLONA. AÑO 2012

El blog de cine que seguía por aquel entonces publicó un artículo sobre In the Mood for Love, del director chino Wong Kar Wai. No era la primera vez que oía hablar sobre este director y decidí que era ya buen momento de acercarme a su obra.

Comencé por su única película en inglés: My Blueberry Nights, motivada en primer lugar por la facilidad del idioma pero también por la presencia de mujeres que me inspiran: fuertes, con personalidad, con criterio. Norah Jones, Rachel Weisz y Natalie Portman.

Por aquel entonces, mi manera de entender el cine era puramente formal: capturaba en mi ordenador las imágenes que me atraían, disfrutaba con los planos detalle estilo Scorsese (qué arquitecto no fotografía baldosas de cerca) y analizaba las secuencias en busca de su composición. Nada más. No sentía. Ni con el corazón, ni con el intelecto.

Desde el punto de vista formal, bien merece esta película un buen visionado. Me enganchó al segundo con la estética difusa de las luces neón y los vidrios mojados. Estas secuencias de luces difuminadas y movimientos arrítmicos de cámara, combinados con la música de Norah Jones, construían un ambiente femenino, sensual e íntimo que me hacían pensar que no necesitaba nada más.

03. MY BLUEBERRY NIGHTS: LA NARRACIÓN

Sin embargo, la película comenzó a profundizar. Elizabeth (Norah Jones) tendría su primera aparición en el bar de Jeremy (Jude Law) y pronto comenzarían a conversar.

Yo no había escrito ningún poema por aquel entonces. Pero cuando hablaban de llaves, de puertas o de la tarta de arándanos que nadie quería comer a saber por qué razón, yo intuía que no hablaban de puertas, sino de emociones heridas. Que no hablaban de tartas, sino de por qué nadie quiere quererme, por qué no me quiero yo.

Vi la película entera y me encantó. Traspasé la barrera de lo formal y me senté en la parcela de la intuición. Pero aún faltaba que mi intelecto también se emocionara.

04. MY BLUEBERRY NIGHTS: LA ESTRUCTURA

Sabía que había algo más, así que, a los días, volví a ver la película. Cogí un cuaderno, un bolígrafo y apunté lo que me llamaba la atención. Entonces, ocurrió: comprendí la intención del director. Y mi intelecto se emocionó. 

El cine esconde, por lo general, una motivación narrativa mayor que la propia historia: un concepto más trascendente (la muerte, la belleza, la transformación, la dignidad...)

Para llegar a esta profundidad, los directores seleccionan entre muchos recursos cinematográficos disponibles. Uno de ellos, es la estructura.

Esta película tiene tres partes. La primera plantea una condición que se resuelve en la tercera, pero, en realidad, la historia transcurre en la segunda.

Imagínate un espejo en una casa de veraneo. La parte 2 es eso que ocurre durante el año: “nuestra mochila”. Las vivencias que hacen que cada año, ese espejo te devuelva una imagen distinta de ti. Lo que hace que Elizabeth, cuando vuelve a Nueva York tras “cruzar la calle por la puerta más larga”, perciba el mismo bar, el mismo chico y la misma ciudad de forma distinta.

El director quiere hacernos entender que ésta segunda parte es algo distinto a las otras dos. Se mueve distinto, se narra distinto, significa, en definitiva, otra cosa, y para eso se apoya en algunos recursos que me resultan super divertidos:

  • Elizabeth es Lizz o Beth. Nunca Elizabeth.

  • El escenario cambia. Los personajes cambian. Se mueven en coche. Wong Kar Wai nos esá hablando del movimiento, de la transformación.

  • Otro detalle es el plano que divide las diferentes intra historias de esta película. El último de todos, el que anuncia la parte final, muestra un número redondo, el número 300, como poniendo fin a las tres Elizabeth que hemos conocido.

Un plano de la parte II

El plano que introduce la parte III

04. TEORÍA O VERDAD, ¿ACASO IMPORTA?

Estos son sólo algunos matices. Seguro que tú descubres otros distintos. Quizás tengas respuestas diferentes a las preguntas principales: ¿Qué representan las llaves? ¿Y las puertas? ¿Qué simboliza el metro? ¿Y la tarta de arándanos?

Porque déjame que te cuente un secreto: lo que aquí te he contado es simplemente una teoría, una intuición. Ese mismo día que la vi por segunda vez decidí no corroborar nada de esto. Preferí vivir en mi verdad (o en mi mentira).

Y es que el arte, si de algo no va, es de tener razón.

Me escribes. Si quieres. Te leo.

Carmen

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